martes, 27 de marzo de 2007

Doce niños habrían muerto en Cesar por incendios forestales y quemas agrícolas

Los menores serían indígenas yukpas, integrantes del resguardo Iroka, ubicado en la Serranía del Perijá, en jurisdicción del municipio de Codazzi.

Aunque los pequeños fallecieron entre la última semana de febrero y los primeros días de marzo, la tragedia solo fue reportada este fin de semana por Víctor Loperena, integrante de la Organización de Indígenas de Colombia (ONIC).

Sin embargo, el secretario de Gobierno de Cesar, Carlos Andrés Hinojosa, desmintió que en el resguardo indígena 12 niños hayan muerto.

"Eso no es cierto y me parece extraño que se hable de 12 muertos, cuando funcionarios de la EPS Dusawaki, que atiende a los indígenas en la región, me informaron que solo hubo dos menores fallecidos, uno por enfermedad diarreica y el otro por problemas respiratorios", señaló.

Pero Loperena ratificó la cifra de 12 pequeños fallecidos. "Las comunidades indígenas yukpas tienen serios problemas de desnutrición y sufren de enfermedades respiratorias. Entonces, el humo causó, en algunos casos, brotes de bronconeumonía. Como el puesto de salud más cercano les queda a unas 3 horas, eso agravó más la situación", dijo Loperena.

Martha Clavijo, una de las líderes de la comunidad indígena yukpa, dijo que es probable que los incendios hayan sido provocados intencionalmente. "Gracias a Dios la situación ya está controlada por los aguaceros que han caído en la Serranía", comentó Clavijo.

Hinojosa indicó que este martes, en el municipio de Becerril, se hará una reunión para analizar la situación y adoptar las medidas para mejorar la calidad de vida de los nativos.

Loperena, que también se desempeña como gerente de la EPS, manifestó que necesitan toda la ayuda posible de organismos nacionales y departamentales.

Agregó que aunque las conflagraciones terminaron, el drama de las familias no.

Ahora se enfrentan a graves problemas de abastecimiento porque el fuego destruyó los pocos cultivos de pancoger que permitían su subsistencia.

"Por ahora enviamos a la región de Iroka alimentos y medicamentos, pero eso es insuficiente porque la gente perdió todo: casas, cultivos, ropa y animales. Y ahora se viene otro problema, es decir, la contaminación de las aguas de los ríos con cenizas. La cosa es grave y por eso la ayuda tiene que ser inmediata", señaló.

El defensor del Pueblo en el Cesar, Agustín Flórez Puello, calificó la situación de compleja. Por eso ayer, en una reunión sostenida con las autoridades indígenas, se acordó llevar a cabo un plan que contempla la ejecución de un censo en la zona, que podría comenzar hoy. (tomado de eltiempo.com)

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